A la hora de realizar la asignación donante-receptora, se tienen en cuenta las características físicas e inmunológicas (grupo sanguíneo y factor Rh) de ambas mujeres para asegurar la compatibilidad. En relación a las características físicas se tiene en cuenta el color de ojos, el color de pelo, la raza, etc.
Además de valorar estas dos características de la receptora y de la donante de óvulos, también se puede recurrir a un test de compatibilidad genética. A través de esta prueba se puede minimizar el riesgo de transmitir enfermedades genéticas a la descendencia.