Pese a que el diagnóstico genético preimplantacional (DGP), actualmente conocido como PGT, es una técnica bastante segura, es cierto que no está exenta de riesgo. Al fin y al cabo supone la manipulación del embrión. Por ello, la realización de esta técnica complementaria solo se recomienda en los casos necesarios.
Por ejemplo, es conveniente realizar una FIV con DGP en pacientes con enfermedades genéticas hereditarias, edad materna avanzada y/o cariotipo alterado. Además, otras de las indicaciones del DGP es en pacientes que han realizado varios ciclos de FIV sin éxito debido a fallos de implantación embrionaria o abortos de repetición.
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Por Andrea Rodrigo (embrióloga) y Marta Barranquero Gómez (embrióloga).
Última actualización: 02/07/2021