El semen, a diferencia de los óvulos y los embriones, se criopreserva mediante congelación lenta y no por vitrificación.
El primer paso para la congelación de semen es que el varón obtenga la muestra seminal mediante masturbación y guardando un periodo de abstinencia de 3-5 días. Una vez obtenida la muestra, pasará al laboratorio de andrología donde será procesada y analizada.
Si la muestra de semen tiene la calidad suficiente para ser congelada, se procederá a la criopreservación. Para ello, la muestra de semen se dividirá en pequeños tubos o pajuelas y se sellarán perfectamente.
A continuación, se introducirán estos tubitos en un proceso de enfriamiento progresivo hasta que, finalmente, pasarán a nitrógeno líquido y se almacenarán en los bancos correspondientes.
